Mirada de Occidente

"El mal es bien, y el bien es mal ..." Macbeth, William Shakespeare

martes, junio 28, 2005

Trafalgar

Los británicos, con Su Graciosa Majestad a la cabeza, han celebrado en Portsmouth el II centenario de la batalla de Trafalgar. Sí, de la batalla, que no de la victoria británica y la derrota franco-española, que al fin y al cabo es lo que paso.

No vamos a poner a parir más al desgraciado incompetente de Villeneuve (verdadero responsable junto con el patético Rey de España del desastre), ni alabar al zorro de Nelson o a Gravina, ni siquiera al genial y maravilloso Churruca.

No. Simplemente queremos hacernos eco del buen gusto de los británicos en esta celebración, sobre todo por honrar a los muertos, sin importar el gallardete de sus buques. Algo, que en la actualidad es digno de elogio. Veremos que pasa el 21 de octubre del presente por estos lares, si es que pasa algo, que esa es otra.

La noticia sobre la susodicha celebración, aquí. Ésta es la página oficial de la ya requetemencionada celebración. Y los protagonistas en la actualidad: Armada Española, Marine Nationale y Royal Navy.

lunes, junio 27, 2005

Al hilo de lo anterior

Paul Johnson ha escrito una curiosa Tercera en ABC, hoy 27 de junio de 2005.

Va en la línea de post anteriores, y como él lo cuenta mejor, pues aquí lo ponemos.

Un continente enfermo
Paul Johnson, Tercera de ABC, 27 de junio de 2005

"No se puede negar que Europa como entidad está enferma y que en la Unión Europea como institución reina el desorden. Pero ninguna de las soluciones que se están discutiendo actualmente puede remediar las cosas. Lo que debería deprimir a los partidarios de la unidad europea tras el rechazo por Francia y Holanda de la constitución propuesta no es tanto el fracaso de este ridículo documento como la respuesta de los dirigentes a la crisis, especialmente en Francia y Alemania. Jacques Chirac ha reaccionado nombrando primer ministro a Dominique de Villepin, un frívolo donjuán que nunca ha sido elegido para nada y es conocido principalmente por su opinión de que Napoleón debería haber ganado la batalla de Waterloo y seguir gobernando Europa. El alemán Gerhard Schröder se limitó a subir el tono de su retórica anti-estadounidense. Lo que es claramente patente entre la élite de la UE no es sólo la falta de capacidad intelectual sino una obstinación y una ceguera que bordean la imbecilidad. Como dijo el gran poeta paneuropeo Schiller: «Hay un tipo de estupidez contra la que hasta los dioses luchan en vano».
Los puntos débiles fundamentales a los que hay que poner remedio si se quiere que la UE sobreviva son de tres tipos. En primer lugar, se ha intentado hacer demasiado, con demasiada rapidez y demasiado detalle. Jean Monnet, arquitecto de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, el proyecto original de la UE, siempre dijo: «Evitar la burocracia. Guiar, no dictar. Normas mínimas». Había aprendido a despreciar la Europa del totalitarismo en la que había crecido y en la que el comunismo, el fascismo y el nazismo competían por imponer normativas sobre cada aspecto de la existencia humana. Reconocía que el instinto totalitario está profundamente arraigado en la filosofía y la mentalidad europeas -en Rousseau y Hegel, así como en Marx y Nietzsche- y debe ser combatido con toda la fuerza del liberalismo, que él consideraba enraizado en el individualismo anglosajón. De hecho, durante toda una generación, la UE ha avanzado en la dirección opuesta y creado un monstruo totalitario propio, que literalmente expele normativas por millones e invade cada rincón de la vida económica y social. Las consecuencias han sido terribles: una inmensa burocracia en Bruselas, cada departamento de la cual está clonado en las capitales de todos los países miembros; un presupuesto enorme, que enmascara una corrupción inaudita, de forma que nunca se ha sometido a auditorías, y que ahora constituye una fuente de ponzoña entre los contribuyentes de los países que pagan más de lo que reciben; y sobre todo, la reglamentación de las economías nacionales a escala totalitaria.
La filosofía económica de la UE, en la medida en que la tiene, se resume en una palabra: «convergencia». El objetivo es hacer que todas las economías nacionales sean idénticas al modelo perfecto. Pero resulta que ésta es en realidad la fórmula perfecta para el estancamiento. Lo que hace funcionar al sistema capitalista, lo que mantiene el dinamismo de las economías es precisamente el inconformismo, lo nuevo, lo inusual, lo excéntrico, lo egregio, lo innovador, que manan de la inagotable inventiva de la naturaleza humana. El capitalismo prospera con la ausencia de normas o con la capacidad de burlarlas. Por consiguiente, no sorprende que Europa, que creció rápidamente en las décadas de 1960 y 1970, antes de que la UE echara a andar, haya ralentizado su ritmo desde que Bruselas asumió la dirección e impuso la convergencia. Ahora está estancada. Las tasas de crecimiento superiores al 2 por ciento son raras, excepto en Reino Unido, que fue thatcherizado en la década de 1980 y desde entonces ha seguido el modelo de libre mercado estadounidense. El crecimiento lento o inexistente, agravado por el poder de los sindicatos, encaja bien en el sistema de Bruselas e impone mayores restricciones al dinamismo económico: jornadas laborales cortas y enormes gastos en seguridad social que han provocado un desempleo elevado, superior al 10 por ciento en Francia y más elevado en Alemania que en cualquier otro momento desde que la Gran Depresión llevó a Hitler al poder.
Es natural que el desempleo elevado y crónico genere una ira depresiva que encuentra múltiples expresiones. Una, en la Europa actual, es el anti-semitismo y el anti-americanismo. Otra son las tasas de natalidad excepcionalmente bajas, más bajas en Europa que en cualquier otra parte del mundo excepto Japón. Si se mantienen las actuales tendencias, la población de Europa (excluidas las islas británicas) será inferior a la de Estados Unidos a mediados de siglo: por debajo de 400 millones, de los cuales los mayores de 65 años constituirán un tercio. El aumento del anti-americanismo, una forma de irracionalidad deliberadamente fomentada por los señores Schröder y Chirac, que creen que con él conseguirán votos, resulta especialmente trágico, porque las primeras fases de la UE tuvieron su origen en la admiración por la forma estadounidense de hacer las cosas y la gratitud por la manera en que Estados Unidos había salvado a Europa, primero del nazismo y después (bajo la presidencia de Harry Truman) del imperio soviético, mediante el Plan Marshall en 1947 y la creación de la OTAN en 1949.
Los padres fundadores de Europa -el propio Monnet, Robert Schumann en Francia, Alcide de Gasperi en Italia y Konrad Adenauer en Alemania- eran pro estadounidenses convencidos y estaban ansiosos por posibilitar que las poblaciones europeas disfrutaran del estilo de vida estadounidense. Adenauer en particular, ayudado por su brillante ministro de Economía Ludwig Erhardt, reconstruyó la industria y los servicios de Alemania, siguiendo el modelo más libre posible. Éste fue el origen del «milagro económico» alemán, en el que las ideas estadounidenses desempeñaron un papel determinante. El pueblo alemán floreció como nunca en su historia, y el desempleo alcanzó mínimos históricos. El descenso del crecimiento alemán y el estancamiento actual datan del punto en el que sus dirigentes se apartaron de Estados Unidos y siguieron el modelo de «mercado social» francés.
La enfermedad de la UE se deriva de un factor aún más fundamental. Europa no sólo ha vuelto la espalda a Estados Unidos y al futuro del capitalismo, sino también a su pasado histórico. Europa fue esencialmente una creación del matrimonio entre la cultura grecorromana y el cristianismo. Bruselas ha repudiado, de hecho, a ambos. En la malhadada Constitución no se mencionaban los orígenes cristianos de Europa, y el Parlamento Europeo de Estrasburgo ha insistido en que un católico practicante no puede ocupar el cargo de Comisario de Justicia de la UE.

Igualmente, lo que llama la atención del observador en el actual funcionamiento de Bruselas es el asfixiante e insufrible materialismo de su punto de vista. El último estadista continental que captó el contexto histórico y cultural de la unidad europea fue Charles de Gaulle, que deseaba «la Europa de las patrias» (L´Europe des patries). Recuerdo que en una de sus conferencias de prensa hizo referencia a «L´Europe de Dante, de Goethe et de Chateaubriand». Yo le interrumpí: «Et de Shakespeare, mon General?». Él se mostró de acuerdo: «Oui! Shakespeare aussi!». Ninguno de los miembros principales de la élite de la UE actual usaría ese lenguaje. La UE carece de contenido intelectual. Los grandes escritores no tienen función que desempeñar en ella, ni siquiera indirectamente, como tampoco los grandes pensadores o científicos. No es la Europa de Aquino, Lutero o Calvino; o la Europa de Galileo, Newton y Einstein. Hace medio siglo, Robert Schumann, primero de los padres fundadores, solía referirse en sus discursos a Kant y a santo Tomás Moro, a Dante y al poeta Paul Valéry. Para él -dijo explícitamente- la construcción de Europa era una «gran cuestión moral». Hablaba del «alma de Europa». Tales pensamientos y expresiones no tocan ninguna fibra sensible en la Bruselas actual. En resumen, la UE no es un cuerpo vivo, con mente, espíritu y alma que le dé vida. Y a no ser que encuentre esas dimensiones inmateriales pero esenciales, pronto será un cuerpo muerto, el cadáver simbólico de un continente moribundo."

El último parrafo es maravilloso. Una pena que los niños de hoy casi-que-no sepan nada de los personajes que menciona Paul Johnson. Ya ni siquiera apareen en los libros de texto. Que tristeza de "deshistoria"

jueves, junio 23, 2005

Modelo social europeo

Tras los "noes" de Francia y Holanda al dichoso Tratado ha llegado el bacatazo en la financiación.

La culpa, de quién si no: de la pérfida Albión. El francés y el alemán solo se ponen de acuerdo para cargar el muerto a otro. Es lo que queda del eje franco-alemán. Una delicia de gañanes que juegan a ser estadistas. Si Schumann o Monnet levantaran la cabeza ...

En definitiva, que Blair va a acabar con el "Modelo social europeo". Quizá. O no, Sarkozy ha dicho algo curioso sobre ello: que ni es social, ahí el paro para demostrarlo, ni es modelo, porque nadie lo ha copiado. Pero que bien nos cae el cínico del francés, y encima tiene razón.

miércoles, junio 15, 2005

La (des)Unión

O casi.

Ahora resulta que el proceso de ratificación del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, se tiene que parar.

Se irá a cambiar lo de la unanimidad ... (artículo 48 del Tratado de la Unión Europea y artículo IV-447 del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa).

Después del NO de Francia, de Holanda y del Reino Unido (cuando se aplaza un referéndum, es que no se va a ganar), los chicos de Bruselas, y quizá alguno más, se lo han pensado. Hay que parar el proceso, no vaya a ser que Chequia y Polonia también rechacen la mal llamada Constitución esa. De hecho, es lo que parece que va a pasar.

El maldito Tratado no gusta. Ni a los de arriba ni a nosotros como blog, porque los españolitos alegremente votaron que sí. Tenían que haber oído, como lo oímos nosotros, a Iñigo Méndez de Vigo Montojo cuando, presentando su libro en el acto organizado por el RIE en la SGAE (¡toma siglas!) el día 18 de enero del presente, dijo que los británicos harían muy bien en rechazar el susodicho Tratado. ¡Qué país!

Por otra parte el caradura del francés le pide al Reino Unido que renuncia al "cheque británico". Y el simpático Blair le espeta a quien le quiera oir que muy bien, siempre y cuando se reforme todo el sistema de financiación de la UE, es decir, que la Unión se replantee la PAC, la cual constituye, ni más ni menos, el 40 % del presupuesto comunitario. Y cuyo principal beneficiario es ... ¡exacto!: Francia.

En fin, a ver si Sarkozy gana y pone en marcha en Informe Medef-Camdessus. Algo que también aprobará el otro Nicolás.

Todo sea por acabar con la pretendida grandeur de Francia, que lo suyo nos está costando.

Vamos, que no nos extraña que el inglés se haya plantado. De hecho ha hecho muy bien. Zapatero a tus zapatos.

martes, junio 14, 2005

Malvinas ... británicas. Es decir, Falklands

Sí, hoy hace 23 años que los argentinos se rindieron a Su Graciosa Majestad.

Islas españolas, francesas, españolas otra vez con ocupación británica hasta 1774, y a partir de 1810 y hasta 1842, argentinas. Después, y aún hoy, británicas.

Es lo que tiene que estratégicamente sean muy saludables para los intereses de la Real Armada de S.M.

Infromación sobre las Malvinas / Falklands. Sobre su historia. Más.

Sobre la guerra. Y en memoria de los argentinos caídos.

domingo, junio 12, 2005

SÁHARA

Interesante panda de memos andan por Santa Cruz y Moncloa.

Cómo bien dice Juancho Armas Marcelo en ABC: "Salimos mal del Sáhara y ahora no nos dejan entrar".

Primero por que España no ha cedido la soberanía del Sáhara Occidental a nadie. De hecho no dio tiempo, los moros de Hassán, el hermano, nos lo ¿impidieron?

Segundo, porque hemos abandonado a los saharauis. Hemos renunciado a nuestra Historia. Aunque a esto último parece que ya estamos acostumbrados.

Después tocará Ceuta y Melilla, y las Canarias. El Gran Marruecos manda. O serán el petróleo y el gas. Mauritania, Mali y Argelia también están en la lista que el Hermano de ¿nuestro? Rey le dejo a su hijo. Y porque se murió (a Dios gracias), que si no el mismo se hubiera ocupado.

Pero que poca visión tenemos los españolitos. Los que ¿gobiernan?, por eso mismo; y el resto, por confiar en ellos.

Ojala qué el Sáhara sea independiente. Qué se rebele contra el Moro, y sus amigos o hermanos. Y qué podamos verlo. Tendremos más seguridad y más tranquilidad. Eso sí, siempre que lo sepamos hacer. Ahí están Casablanca y Atocha (ambas puede que compartidas) para demostrarlo (a quién interesa si no ...)

Para bien y para mal, Marruecos es el enemigo natural de España (el otro es Francia pero ahora no toca). Ellos lo saben. Así que ya va siendo hora de que los que ¿nos? gobiernan y los que aplauden se den cuenta de ello.

Por último, y para llevar la contraria a Desatinos, no sabemos si el PP querrá a la Legión en el Sáhara, pero nosotros quizá sí. Por cierto, las Tropas Nómadas aquí.

Bolivia (otra vez)

Lo de Bolivia, como ya anunciamos, iba para largo y venía de largo. Y así ha sido y es.

Las tensiones están al orden del día, y si el nuevo Presidente no lo remedia con las anunciadas elecciones, el descontrol puede ir a más.

Malo los que están, peor los que pueden llegar. Como el tal Evo Morales, una marioneta del iluminado bolivariano Chavez. El conflicto puede ir a más e implicar a toda Sudamérica. Chavez no solo pretende controlar Bolivia, también influir en el devenir de Colombia (hay más, solo hay que buscar en Google).

Quizá el "hermano del Norte" esté detrás, pero da igual, cualquier iluminado es peligroso.

En fin, cómo para perderselo.

lunes, junio 06, 2005

¡¡¡QUÉ NOOOOO!!!

domingo, junio 05, 2005

En honor al Gobierno del Reino de España

El cachondo de Quevedo lo dejó clarísimo hace ya tiempo:

Miré los muros
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.